Cuando no alcances tus objetivos, o te digan que “no”, o las cosas no salgan como planees, en lugar de frustrarte y considerarlo un fracaso, pregúntate:
• ¿Qué te está enseñando esa experiencia?
• ¿De qué manera puedes hacerlo mejor la próxima vez?
• ¿Qué cosas cambiarías si lo intentaras nuevamente?
Y en lugar de desmoralizarte, usarás esa experiencia a tu favor, ganarás conocimientos y pondrás tu energía en avanzar en lugar de frustrarte y paralizarte.
Fuente: gestiopolis.com